Cuando todos los esfuerzos y la atención debieran focalizarse en cómo mitigar los efectos de esta pandemia ante la falta de suficientes vacunas, la sociedad asiste incrédula a una conversación paralela: si la Argentina está en condiciones de ser la sede para la disputa de la Copa América 2021 en junio próximo.
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Las restricciones, el regreso a fase 1, la suspensión de las clases presenciales en numerosas jurisdicciones, el aumento de contagios y de ocupación de camas de terapia intensiva se han convertido en información irrelevante para quienes pretenden priorizar el negocio del fútbol por sobre la salud de la población. Incluso el presidente de la Nación, tan abocado a resolver las cuestiones que afectan a los ciudadanos, se ha jactado de que nuestro país podría ser la única sede de aquel torneo internacional, luego de la deserción de Colombia.
Padres Organizados, la ONG nacida a la luz de los reclamos de presencialidad, ha tenido una buena idea: por qué no apelar a los propios jugadores de fútbol para que intercedan por el regreso a la presencialidad cuando ellos gozan del privilegio de poder continuar con sus desempeños.
Por tal motivo, respetuosa de las restricciones vigentes, la sede La Plata de la ONG convoca a los vecinos que quieran acercarse esta tarde, en auto, al predio de la AFA en Ezeiza. Allí estará entrenándose el seleccionado nacional de fútbol. La intención es dejar carteles con la petición que los moviliza: abogar por la vuelta a la presencialidad en las aulas. “Si se abren las escuelas, ganamos todos”, expresan y saben que muchos jugadores reconocen el valor de la escolarización para superar situaciones de extrema vulnerabilidad.
Si se resuelve que se puede continuar jugando al fútbol con los protocolos necesarios, ¿por qué pensar en suprimir las clases presenciales? Somos mayoría quienes entendemos que debemos apostar a que sea la educación la que gane por goleada.
LA NACION
Tomado de LA NACION