La Eurocopa que vuela y la Copa América que salta pozos


Sincero y autocrítico para justificar el increíble gol que le pasó por debajo de la suela de su botín, el arquero español Unai Simón no pudo exculparse en la Eurocopa con la irregularidad de la que se quejan muchos en la Copa América. “La pelota no picó mal, fallé yo”, dijo Simón sobre una pelota que en los campos del torneo europeo se desliza como sobre el tapete de un billar, mientras que en las canchas brasileñas a veces obliga al futbolista a un ejercicio de adivinación para controlarla.

Los calendarios hicieron coincidir este año a los dos torneos de selecciones que representan a los continentes que son las potencias mundiales en el fútbol. Desde Europa llegaron las principales figuras sudamericanas para animar un torneo que, aun con ellos, queda por debajo de la Euro en todo lo que hace a un espectáculo deportivo.

Con 46 goles en 20 encuentros por la etapa de grupos, la Copa América muestra un promedio de 2,3 por cotejo, inferior al de la copa de hace dos años en Brasil (2,5) y de la Copa del Centenario en los Estados Unidos (2,8). La Euro fue más pródiga en el primer tramo, con una media de 2,6 por encuentro. La serie de los play-off por los octavos de final, cuando se podría especular con mayores recaudos defensivos por el temor a la eliminación, envalentonó a los equipos hasta llegar a la cifra de 29 goles, que representan un 63 por ciento de lo anotado en la Copa América. Para futuros análisis de las comisiones técnicas quedará la incidencia -o no- de la adopción de una línea de tres zagueros y dos carrileros, como en los casos de Bélgica, Dinamarca, Países Bajos, Francia, Inglaterra, Alemania y Ucrania.

Con mayor cantidad de goles y partidos más entretenidos, la Euro saca otra ventaja, ambiental, la de un continente en una fase más adelantada en el control de la pandemia. Eso le permitió eliminar la imagen fantasmagórica de las tribunas vacías. Volvieron los hinchas, ese entorno sin el cual el fútbol no tiene sentido, según coincidieron varias voces calificadas de la actividad.

Cristiano Ronaldo arroja la cinta de capitán tras la eliminación de Portugal en la Eurocopa
Cristiano Ronaldo arroja la cinta de capitán tras la eliminación de Portugal en la EurocopaTHANASSIS STAVRAKIS – POOL

Y los jugadores, probablemente inflamados por ese entorno que añoraban, retribuyen con partidos que quedan en la memoria. España-Croacia, Francia-Suiza y Bélgica-Portugal son algunos ejemplos de un fútbol que recuperó esa conexión emocional entre la cancha y las tribunas.

La terna argentina de árbitros -Fernando Rapallini y los asistentes Juan Pablo Bellati y Diego Bonfá- dirigió en tres encuentros y entre ellos los comentarios son “experiencia inolvidable”, “todavía no caigo”, “espectacular”, “disfrutamos un montón”.

¿Es posible que una competencia que ya despidió a Cristiano Ronaldo, Mbappé, Kroos, Modric y De Jong sea mejor que una que conserva a Messi, Neymar, Luis Suárez, Vidal y Zapata? La respuesta no siempre pasa por lo individual, sino por el nivel colectivo. Ahí están los mundiales de seleccionados y de clubes, dominados desde hace décadas por Europa.

Neymar, ausente por lesión en la Copa América que Brasil ganó en 2019, quiere levantar la que vuelve a organizar su país
Neymar, ausente por lesión en la Copa América que Brasil ganó en 2019, quiere levantar la que vuelve a organizar su país

En la Copa América no sobra juego para aplaudir, pero ahora ingresa en la etapa en que el sentimiento nacionalista tiñe los análisis. Es una copa gris, imperfecta, barriobajera, pero es nuestra, anhelada. Y no ganarla es caer en un pozo anímico más grande que el que se pueda encontrar en la cancha.

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Tomado de LA NACION

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